Cuentos de Blanca Navidad… ALICANTINA “la nevà grossa”

Recuerdo las nochebuenas de niño cuando cruzábamos a cenar a casa de mis abuelos por el garaje de la plaza Galicia para que el frío no nos hiciera pasar el resto de las fiestas en cama con un catarro...

… No tuvieron esa suerte los alicantinos la nochebuena de 1926 cuando las crónicas dicen que un frío polar arreciaba por las calles de la ciudad mientras el mercurio bajaba a los -3ºC y un fuerte viento de levante enviaba nubes cargadas de humedad al interior no sólo de la ciudad sino del resto de la provincia y del sureste peninsular.

Soy incapaz de imaginar, y lo digo con envidia, la sorpresa que se debió llevar la gente que a la salida de misa de gallo, a eso de la 1:30 de la madrugada, debió empezar a ver como los copos de una nevada más bien propia de otras latitudes iban vistiendo de blanco las calles de la ciudad. Papá Noel o San Nicolás, el patrón de Alicante, convirtió a los alicantinos la nochebuena de 1926 en testigos de la nevada más grande de la que existe algo de documentación en nuestra ciudad.

Fotografía perteneciente a Oscar Llopis, de las pocas documentadas de la ciudad de Alicante nevada. Por los edificios que se ven está datada en los años 20 del siglo pasado.

Fte: Relatos de una ciudad dormida, Asociación Alicante Vivo

Los diarios de la época titularon que “mil toneladas de nieve cayeron en la ciudad”. 25 cm fue el espesor que alcanzó la nieve en la capital en no más de dos horas que duró la nevada, el aspecto de las faldas del castillo dicen que era impresionante y algunos tejados o postes telefónicos se vinieron abajo aunque afortunadamente no hubo que lamentar desgracias personales en la ciudad. Poco duró no obstante la nieve por nuestras calles ya que una fuerte lluvia borró las huellas del manto blanco a primeras horas de la tarde.

Más graves fueron las consecuencias que se recuerdan de la Nevà Grossa en el interior de la provincia.

 

A la entrada del Santuario de la Font Rotja se puede ver este cartel que recuerda hasta donde llegó la nieve el 27 de diciembre de aquel año, 2´1m en el santuario, pero en las calles de la ciudad se supero también el metro de espesor y los ventisqueros formados alcanzaron en algunas zonas de la ciudad los 2 ó 3 metros.

Imaginaros la cantidad que debió caer en los pueblos de la montaña, donde se dice que la incomunicación duró varios meses y en la sierra de Aitana fueron cinco los metros de espesor de la nevada de mayor intensidad horaria de la historia de la península ibérica. Otras crónicas también reseñan que la nieve aguantó en algunos puntos de nuestras montañas hasta bien entrado el mes de agosto aunque estos dos últimos datos no sé yo cuanto de leyenda o de realidad pueden tener.

La situación sinóptica para que se diera esa nevada de enorme intensidad horaria, propia de las precipitaciones otoñales de estas tierras, debió ser muy parecida a la de cuando éstas se producen. Parece ser, según datos extraídos del foro de meteored que, lo copio literal, “Desde el día 23 de diciembre una expansión de aire polar continental sitúa una vaguada de evolución retrógrada sobre el Mediterráneo Occidental y Península Ibérica, con depresión fría en su seno que se ubica sobre el sudoeste peninsular los días 24 a 27 de diciembre. Por encima de esta vaguada la circulación atmosférica coloca una dorsal anticiclónica que señorea el espacio sinóptico europeo, cuyo núcleo –1.040 mb- se sitúa sobre las Islas Británicas a lo largo de dichas jornadas. Precipitaciones de agua y nieve y bajas temperaturas nocturnas son generales, los días 26 y 27, en toda España. El Boletín meteorológico del día 27 de diciembre anuncia que “la península Ibérica y el Mediterráneo occidental se hallan bajo el efecto de una perturbación atmosférica que produce nevadas en España”. La entrada de vientos de levante es constante en toda la fachada mediterránea española, hecho que fue reflejado con profusión por la prensa. La nevada, continúa diciendo el artículo, aunque afectó a toda la Península Ibérica fue en las provincias de Alicante, Murcia y Almería donde afectaron especialmente. Al metro de espesor recogido en las ciudades de Alcoy y Murcia hay que sumar los 25 cm de Alicante o Torrevieja, los 40 cm de Orihuela o el medio metro en Sax.

En la imagen superior la glorieta de Orihuela.

Todas estas cantidades de nieve acompañadas del frío que nos afectó produjeron la ruina económica en campos e industrias de nuestras comarcas y aunque éstas ahora son difíciles de cuantificar dijo la Gaceta de Levante, Diario Independiente de Alcoy, el 26 de enero de 1927:
“Con destino a los damnificados por los últimos temporales se han distribuido las cantidades siguientes: Gobernador Civil de Murcia, 25.000 pesetas, Id de Alicante, 15.000, Id de Valencia 10.000...El total general de las cantidades distribuidas por todos conceptos, asciende a 700.750 pesetas.”  (extraído también del artículo de meteored).

Para finalizar, y volviéndome a centrar en los datos oficiales de la ciudad de Alicante, la nieve nos visitó durante el siglo pasado 8 veces a la ciudad de Alicante; en los años 1926, 1945, 1953, 1954 (2 veces), 1957 y 1960 (también 2 veces) y es mi deseo que ésta no tarde en volver a visitarnos aunque hoy en día que esto pase es muy difícil por los efectos de isla de calor que hay en nuestras ciudades y porque estas situaciones son muy raras que se den aunque quien lo sabe, si ya alguna vez pasó puede volver a pasar.

Esperando que os haya gustado el tema os deseo a todos una FELIZ NAVIDAD.

TENTE MARTÍNEZ, @alicantemeteo

Fuentes:

El libro “relatos de una ciudad dormida” Asoc. Alicante Vivo.

Pág. Web Asoc. Alicante vivo.

Meteored.com